Hola, te doy la bienvenida a esta entrada del blog de Mi Primera Escuela.

Durante la lectura trataremos de despejar algunas de las dudas más frecuentes que las familias suelen tener cuando visitan nuestro centro y ahorrarte así parte de esa sensación de incertidumbre que puede invadirte a la hora de encontrar el centro perfecto para tu bebé.

Cuando llega la hora de realizar la inscripción y ahora que la situación de emergencia sanitaria puede impedirte visitar los centros de forma presencial, quizás estés buscando información con el fin de encontrar el centro que mejor se adapte a tus necesidades y pensando en cuál será el mejor lugar para el desarrollo de tu bebé.

¡Es un buen momento para tener en cuenta algunos aspectos importantes!

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Aunque cada vez percibo más conciencia, gran parte de nuestra sociedad sigue sin conocer las diferencias entre un centro educativo (escuela infantil) y una guardería y continúan albergando dudas.

Puede que sea tu caso, o puede que ya conozcas algunas deferencias. Es posible que en este texto encuentres la claridad, la conciencia y la seguridad que buscas para elegir mejor la escuela de tu peque.
Las guarderías nacieron con un componente meramente asistencial, pero ya hace muchos años que diversas investigaciones apuntaban a que el niño es educable desde su nacimiento y en los últimos años se dice que incluso se puede inferir en aspectos de su desarrollo durante la gestación.

Estas investigaciones constatadas en la última década por la neurociencia, hacen más importante si cabe, distinguir entre los centros que se dedican a “guardar niños”  y los centros que nos dedicamos a educar, apoyar, inspirar  y guiar a niños de 0 a 3 años.

Nadie duda de lo que ocurre en un colegio en la etapa infantil de 3 a 6 años, nadie llama guardería a esta etapa educativa.

¿Por qué entonces se sigue llamando guarderías a los centros infantiles de 0 a 3 años? ¿Se nos ha olvidado que no hace tanto ambos ciclos educativos convivían en los mismos centros? Todo era un etapa indivisible de 0 a 6 años y cuando el ciclo de 3 a 6 pasó a estar integrada en los colegios de primaria todo el mundo tuvo claro que no era cuestión de guardar a los niños, sino de algo más. Se trata de su desarrollo, se trata de su educación.

Cuando empecé a dedicarme a la pasión de mi vida tenía muy claro que mi centro no era una “guardería”, trabajé muy, muy duro, junto a mi compañero de vida, para obtener todos los permisos de las distintas administraciones con el fin de que las familias pudieran tener la más absoluta garantía, para que contaran con la tranquilidad necesaria de que sus niños acudirían a un centro educativo y no a un centro “guarda niños”. No quiero decir que las personas que gestionan una guardería no trabajen duro. Lo que pretendo aclarar es que para ser una escuela infantil hay que reunir unos exhaustivos requisitos y superar unos duros controles que luego se traducen en tranquilidad y seguridad para las familias. Eso no sucede en el caso de las guarderías.

Mi hijo mayor contaba por entonces 2 añitos y como madre pensaba en el mejor espacio posible para él. Contar con grandes profesionales de la infancia, una buena alimentación y nutrición, un proyecto basado en sus necesidades, las de la infancia más temprana y por supuesto, la autorización de la administración educativa y sanitaria que de algún modo respalda y garantiza la calidad de las acciones educativas llevadas a cabo.

 

¿Sabías que un centro no autorizado por la administración competente en educación no debería ofertar actividades educativas en horario escolar?
Lo dicen las leyes. Puedes consultar la LOE 2/2006 a nivel nacional, y en nuestra comunidad el Decreto 2/2009 por el que se establecen los requisitos mínimos que deben cumplir los centros de 0 a 3 años que impartan educación infantil. Es algo parecido a lo que sucede con las academias de enseñanza.

Por lo tanto, no. El esfuerzo para poner en funcionamiento un tipo de centro u otro no es el mismo. Tampoco los costes. Existe una gran diferencia entre los recursos económicos, personales, materiales o de espacios…

Qué pena que eso, en ocasiones, se olvida.

¿Es olvido o es ignorancia del consumidor? Quizás se olviden en el proceso de elección que el lugar escogido deberá ofrecer las mayores garantías para que puedan dejar a su tesoro más preciado con absoluta tranquilidad.

O quizás el olvido venga de otro lado. A veces pienso que se le olvida a los ayuntamientos y autoridades que miran hacia otro lado mientras siguen permitiendo espacios con no sé qué tipo de licencia, para que luego los propietarios se dediquen a llevar a cabo una actividad educativa que no se corresponde con los permisos que tienen. Quizás esto no pasaría si de vez en cuando dedicaran parte de sus recursos públicos a controlar el cumplimiento de las medidas establecidas por las leyes nacionales y autonómicas, a realizar inspecciones para velar por algo tan delicado como es la seguridad y la educación de la infancia.

Pero todos tranquilos y felices, continuamos como si nada, hasta que desgraciadamente, algo pasa y salen a relucir los permisos NO CONCEDIDOS, las licencias para actividades que no corresponden con lo que realmente se ofrece al consumidor, desconocedor de la (no) normativa y la realidad que reina en esos espacios…

No, no puede ser lo mismo 30 niños a cargo de 5 profesionales de la educación, que 30 niños en un local a cargo de 2 personas (en el mejor de los casos) sin formación específica.

No, no puede ser lo mismo un cuidado y mimado proyecto educativo, unos espacios pensados para la infancia, unas aulas espaciosas y luminosas, donde cada detalle cuenta, que un espacio de dudosas dimensiones, en el oscuro bajo de un edificio.

¿Cómo podría ser lo mismo? 

Si estás buscando un buen centro a quien confiar lo que más quieres en este mundo te conviene saber que no conlleva lo mismo la tramitación de la apertura de esa tipología de establecimientos llamados guardería que la de una escuela infantil. Esos establecimientos carecen de inspecciones que velen para que las personas responsables tengan la formación necesaria.

No existe normativa específica y clara que diga cuántos niños pueden recibirse en esos espacios con arreglo a sus dimensiones o cuántos adultos serán necesarios para estar a cargo de esos niños. También suelen carecer de cocina propia por lo que no existirá un número de registro sanitario que garantice la inspección y adopción de las medidas higiénico sanitarias tan necesarias en estos tiempos de pandemia. Tampoco contarán con autorización educativa, por lo que no reciben las correspondientes visitas de los inspectores de educación tal y como sí ocurre en una escuela infantil.

10 principales características que debería tener el centro que escojas para que tu bebé se desarrolle en armonía 

Si ya has sacado tus conclusiones, sólo te queda revisar la lista con algunos consejos para que tu bebé esté acompañado por profesionales cuya mayor aspiración será ayudarte para que tu hijo construya una base sólida para sus aprendizajes futuros y para la vida

 

10 consejos básicos para ayudarte con la elección de la escuela infantil que necesita tu bebé
  1. Centro autorizado por el organismo competente en materia educativa de tú comunidad. El centro contará con un número oficial de registro que podrás comprobar en la web de educación
  2.  Aulas y espacios bien diferenciados para acoger a los distintos grupos, con amplitud a la par que acogedores según los requisitos mínimos legalmente establecidos (Ley orgánica 2/2006)
  3. Un centro autorizado deberá contar además de las aulas ofertadas con un despacho y una sala de usos múltiples así como una zona de recreo al aire libre. Hay que tener en cuenta que podrán ser centros completos si cuentan con tres o más aulas o incompletos si están por debajo de ese número.
  4. Si cuentan con servicio de comedor y cocina propia, mejor. Los controles sanitarios son más exhaustivos, supervisan los valores nutricionales de los menús ofrecidos y además deberán contar también con número de registro sanitario.
  5. Ratio de alumnos por cada educador o educadora.
  6. Titulación del personal a cargo de los menores. Al menos, según normativa vigente, 1 miembro del equipo debe ser maestro/a y el resto tendrán que tener la titulación de técnico/a superior en educación infantil.
  7. Los horarios ofertados, podrán ser flexibles, pero no podrán superar las 8 horas diarias de estancia máxima permitida en el centro.
  8. Espacios bien ventilados y suficientemente luminosos con luz natural.
  9. Fuertes medidas de seguridad en el centro. Los juegos, juguetes y mobiliarios deben garantizar la seguridad e integridad del niño y cumplir con las normas de UE.
  10. Un espacio exterior de al menos 75 metros cuadrados tal y como establece la normativa. 

 

Una escuela infantil autorizada generalmente, en función de la comunidad autónoma en la que te encuentres, contará con ayudas públicas, en forma de becas, bonos, o “cheque infantil” así como con la posibilidad de ciertos beneficios fiscales.

Además, en una buena escuela encontrarás otras características tan importantes como la calidad de sus actividades diarias, la organización de rutinas entorno a las necesidades de los niños según periodos evolutivos, iniciación musical, aprendizaje de un segundo idioma, inteligencia emocional, arte, juego…

Presta atención a cosas como la organización de los tiempos empleados en la estimulación del lenguaje, el juego libre, la investigación y descubrimiento, la estimulación sensorial, la libertad de movimientos, el respeto a la individualidad, el cuidado, la alimentación, la higiene y el descanso. El acompañamiento y apoyo que te ofrezcan para ayudarte con la crianza, la invitación a visitar el centro o la organización del período de adaptación son aspectos determinantes cuando de lo que hablamos es de estimular la curiosidad, e impulsar el aprendizaje y el desarrollo de tu tesoro más preciado.

Y si lo que más te preocupa es su seguridad y tu tranquilidad presta atención a cosas como el orden, la limpieza y el mantenimiento del centro, la apertura y transparencia hacia las familias, la calidad del mobiliario, de los materiales y de los juguetes, la higiene y organización en las tareas de aseo o en la cocina… ¿tienen web-cam? Eso podría ser un punto a favor muy importante ya no tendrás que fiarte únicamente de lo que te cuenten sino que te están dando la oportunidad de ver con tus propios ojos en cualquier momento y en cualquier situación a tu peque en tiempo real… Pero eso sí, pregunta sobre la privacidad y seguridad en los accesos, porque estamos hablando de menores.

Déjate guiar por tus propias sensaciones porque tu intuición de madre (padre) no te engañará.

Si durante las visitas al centro o las entrevistas, la persona o las instalaciones no te transmiten buenas vibraciones, difícilmente cambiará con el tiempo.

Si en esas visitas has sentido seguridad, tranquilidad, has comprobado el estado de las instalaciones, incluso has visto a otros grupos de bebés en plena sesión y te ha gustado lo que ves, no le des más vueltas. Ese es tú lugar. Ese es el mejor lugar para tu bebé.

Hay detalles que marcan la diferencia.

Recuerda siempre que estamos hablando de lo más importante que tienes en tu vida. No escatimes!!

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